Convocatoria 2024 del Colegio de Becarios: Una reflexión estudiantil

El Colegio de becarios DSPT Se reunió por primera vez en cuatro años del 2 al 4 de febrero de 2024, después de que una pandemia que comenzó en 2020 fuera seguida por lluvias torrenciales que dañaron partes del campus el año pasado.

El título del tan esperado regreso de este año fue "La Iglesia en el mundo moderno... Y en estos tiempos” y consistió en una reflexión sostenida sobre la Constitución Pastoral de 1965 del Concilio Vaticano II Gaudio y spes. El título del evento puede parecer redundante... ¿no lo es? estos veces-nuestros tiempos... ¿modernos? Pero el título en realidad apunta a una distinción muy significativa.

Los estudiosos de diversas disciplinas han notado desde hace mucho tiempo un cambio respecto de lo que llaman modernosm a posmodernosm. Esa distinción, aunque expresada en términos diferentes, fue un rasgo destacado en los debates del día.

Modernismo, como se usa el término aquí, era una mentalidad (o “narrativa”) de optimismo y progreso que abarcaba a toda la sociedad. La humanidad podría recibir ayuda infinita gracias al avance de la ciencia y la tecnología. Se esperaba que pronto se aliviarían las cargas de la pobreza, las enfermedades y la guerra. Si bien sería injusto caracterizar Gaudium y especies A pesar de ser tan ingenuo, hay una inconfundible veta de optimismo en el documento: el mundo, en cooperación fraternal con la Iglesia, se encaminaba hacia un futuro mejor.

Posmodernismo, por otro lado, es esencialmente una mentalidad que pone en duda otras “narrativas” similares. Hoy en día resulta obvio que el avance tecnológico no siempre es para nuestro propio bien; los dolores de la pobreza, las enfermedades y la guerra todavía nos acompañan mucho; y, francamente, el futuro no siempre parece más brillante. Y entonces los becarios y otros miembros de la comunidad DSPT preguntaron: "¿Qué hacemos hoy con el documento?"

Creo que es un signo de una vida intelectual sana que este tipo de debates incluyan ambas continuidad y crítica. La doctrina autorizada forma el base, y no un obstrucción, de discusión inteligente y fructífera. Sin embargo, al mismo tiempo, y según lo admite claramente el propio documento, no todo su contenido es de naturaleza dogmática; por el contrario, algunos de ellos consisten en cambiable aplicaciones de inmutable doctrina.

Y entonces surgió de manera prominente una pregunta particular: “¿Fue el documento demasiado optimista en sus juicios prácticos sobre el futuro de la humanidad y la relación entre el mundo y la Iglesia?” Se escucharon respuestas en ambas direcciones. Algunos compartieron la opinión de un crítico anterior de que el documento se habría beneficiado de un mayor reconocimiento de la debilidad moral de la humanidad caída. Otros propusieron que leamos las aspiraciones del documento como un llamado a imaginar lo que es posible si cooperamos confiadamente con Cristo.

Afortunadamente, y a diferencia de tantas interacciones en el mundo actual, la conversación en este sentido se desarrolló de manera amistosa e inteligible. Escuchamos desde múltiples perspectivas, sobre todo de aquellos que recordar la promulgación del documento, así como aquellos que heredaron el mundo y la Iglesia parcialmente moldeados por él. Fue un recordatorio para mí de que, independientemente de lo que depare el futuro para la Iglesia y para el mundo, en la actualidad todavía existe una maravillosa comunidad de pensamiento católico. También me recuerda la persistente vitalidad del Concilio Vaticano II, a cuyos documentos todos deberíamos volver con mirada orante y reflexiva. 


El Dr. Scott Roniger (centro) se dirige a los asistentes a la Convocatoria después de haber sido admitido en el Colegio de Becarios por la Hna. Marianne Farina, CSC (izquierda) y el P. Michael Sweeney, OP (derecha). 
Crédito de la foto (incluida la foto de portada): Sean Santos


Clay Bahl es estudiante de la Escuela Dominicana de Filosofía y Teología y empleado de la Oficina de Promoción de la Provincia Dominicana Occidental. Llegó a DSPT en 2019 como estudiante a tiempo parcial y actualmente está terminando el programa Concurrente de Maestría (Filosofía y Teología).