Una meditación para el Viernes Santo

“Tengo dolores en el estómago. ¿Cómo no sentir dolor en las entrañas de la memoria cuando están llenas de cosas pútridas? -San Bernardo de Claraval, Ad clericos III.4  

Usted es lo que come. Por supuesto, esto es cierto en la vida vegetativa en términos de asimilación física: lo que comes cambia tu cuerpo y puede hacerte saludable o no saludable. Como se demostró en un documental popular, si comes demasiada comida rápida, te enfermarás y tal vez incluso te mate. Esta pieza de astucia callejera también se puede aplicar a la vida del intelecto. ¿Con qué ideas e imágenes estamos llenando nuestra mente y nuestro corazón? Propongo este Viernes Santo una meditación visual sobre la burla de Cristo por el Beato Fra' Angelico, el pintor dominicano del siglo XV y santo patrón de los artistas. 

A primera vista, uno llama la atención por los miembros incorpóreos que golpean a Jesús. ¿Cuál es el problema con esta extraña representación? Una respuesta es que dan a la escena una sensación de anonimato para que el espectador pueda identificarse con la mano que golpea, abofetea y golpea el rostro de Cristo. Estamos invitados a mirar nuestro pecado. Quizás haya recuerdos específicos de pecados que nos persiguen en toda su fealdad destructiva para obtener nuevos conocimientos afectivos que puedan conducirnos a una verdadera compunción y lágrimas de arrepentimiento. Una vez limpia la mirada se puede ver y reconciliarse con el Amado. 

Esto lo podemos ver en los Profetas: “Cuando vean a aquel a quien traspasaron, se lamentarán como se llora por un hijo único, y llorarán amargamente por él, como se llora por el primogénito” (Zac 12). :10).??Este pasaje profético citado en la narración de la Pasión de Juan destaca cómo la humanidad debe llorar por su pecado, que fue desatado sobre Jesús, como una gran pérdida personal. Deben mirar al Hijo Unigénito masacrado y llorar como su Madre. Los miembros incorpóreos muestran al espectador que el pecado nos divide a nosotros mismos y daña a los demás. Es como escupir en la cara y golpear a una persona inocente con los ojos vendados mientras se burla de él. Fra' Angelico ayuda al espectador a ver lo absurdo del pecado que se desata sobre el Cordero inocente. Pero esta manifestación de oscuridad concentrada y violenta resalta aún más la luz y la paz divinas en el rostro sereno de Jesús.

El espectador ve en el santo rostro de Jesús la victoria de la misericordia que brilla en la oscuridad. Cristo sufrió estas atrocidades para salvar a los mismos enemigos que lo hirieron. “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más seguramente, una vez reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:10). Éste es el amor divino gratuito manifestado para ablandar el altivo corazón de piedra de la humanidad. Como María y Santo Domingo, llenemos nuestra mente y nuestro corazón con esta imagen del amor cruciforme de Jesucristo, porque sólo ella puede sanarnos y salvarnos. 

Si estás interesado en continuar con esta meditación, haz clic aquí para ver la película del H. John Paul visio divina en este fresco. 

Hermano Juan Pablo Puschautz, OP | Conoce a los Hermanos en Formación AQUÍ