Nuestra Orden Dominicana se destaca por su tradición intelectual, especialmente luminarias como Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno. Estos santos han contribuido enormemente al avance intelectual y teológico de la Iglesia. Aquino, especialmente, nos ha llevado a una mejor comprensión de nuestra naturaleza humana y nuestros deseos de Verdad, Bondad y Belleza. Aquino, principalmente a través de sus obras escritas, ha tocado las mentes de muchos que buscan la Verdad.
En esta publicación, me gustaría resaltar una manera distinta pero complementaria de llegar a la persona humana, a través de medios visuales, a través de la belleza del arte sacro. Dentro de la Iglesia Católica en general, tenemos a Miguel Ángel y El Grecos. Pero incluso dentro de nuestra propia historia dominicana tenemos un gran contribuyente a la tradición del arte sacro de la Iglesia: Fra Angelico. Los artistas sagrados tocan a su audiencia no principalmente a través de un canal intelectual, sino a través de uno visual. Sus obras "apuntan" a una parte diferente de la persona humana que las obras escritas de los teólogos. La gente ve y se conmueve con DaVinci Última Cena o de Caravaggio Llamamiento de san Mateo que quizás nunca aproveche la oportunidad para leer a Aquino. Dada su amplia atracción y capacidad para conmover a las personas a un nivel no verbal, es importante que apreciemos y fomentemos el arte sacro.
En esta temporada de Adviento, podríamos comenzar con una de las obras más conocidas de Fra Angelico, El Anunciación, una representación visual de ese mismo momento en que el Verbo se hizo carne (Juan 1:14). Durante el Adviento, nos preparamos para celebrar a Cristo asumiendo nuestra humanidad y convirtiéndose en hombre. Jesús adquiere una existencia concreta y corporal en esta tierra. La obra de Fra Angelico nos invita a una meditación sobre el acontecimiento de la Encarnación. En muchas de sus obras en el priorato dominico de San Marco, Fra Angelico explícitamente invita a sus hermanos dominicos a meditar sobre los misterios de la fe que él presenta. Esto lo podemos ver en una de sus presentaciones del Anunciación pintado en la celda de un fraile. Aquí, Fra Angelico representa a San Pedro Mártir mirando mientras ocurre el evento. Fra Angelico nos invita a los espectadores a asumir el papel de San Pedro Mártir en la pintura, y también a contemplar el misterio en oración.
La creación de arte sacro es también un ejercicio espiritual para el artista. Uno de los biógrafos de Fra Angelico afirmó que nunca retocó una obra una vez terminada, ya que creía que su forma original era la que Dios quería. Fra Angelico oró para que las obras de su pincel manifestaran el deseo de Dios. Pidió ser una causa secundaria a una obra que Dios estaba haciendo. Dijo, "para pintar las cosas de Cristo, uno debe vivir con Cristo". Este lema puede servirnos a todos, seamos artistas o no, que seamos instrumentos de lo que Dios quiere lograr a través de nosotros. Que nos dejemos ser pinceles en la mano del Divino Pintor y le permitamos hacernos parte de su nueva creación.
Br. Scott Norgaard, OP | Conoce a los hermanos en formación AQUÍ