Yo los conozco y ellos me siguen

¿Qué significa que Dios nos conozca verdaderamente? El Hno. Alfonso Vu, OP, reflexiona sobre el Evangelio del Cuarto Domingo de Pascua.


Bienvenidos al Cuarto Domingo de Pascua. Este domingo también se llama el «Domingo del Buen Pastor». Jesús, en el Evangelio, se muestra como el Buen Pastor; dice: «Conozco a mis ovejas».

Jesús dice que conoce a sus ovejas. El verbo «conocer» tiene diversos significados. Puedo decir que «sé» el nombre del cajero con solo mirar su credencial. Este conocimiento es superficial porque solo se centra en lo externo.

También puedo decir que conozco el deporte favorito de mi compañero y sus opiniones sobre ciertos temas. Este conocimiento es más profundo que el primero, porque me lleva tiempo con mi compañero conocerlo.

Pero también existe otro tipo de conocimiento, como el que una madre tiene de su hijo. Ella sabe exactamente lo que necesita con solo mirarlo a los ojos. Este conocimiento es profundo porque es fruto de una relación humana íntima.

Pero existe otro tipo de conocimiento: el conocimiento de Dios. El conocimiento de Dios trasciende todo entendimiento y conocimiento humano. Dios no solo conoce nuestros pensamientos y deseos, sino que también nos conoce a nosotros en lo más profundo de nuestro ser.

Él conoce nuestras debilidades y fortalezas, nuestras esperanzas y deseos, y lo que más necesitamos. Este conocimiento de Dios es sumamente reconfortante porque nos asegura que no somos producto de la casualidad en el cosmos. Dios nos conoce y nos ama, y ​​no somos un ser que flota entre otros seres en el universo.

Y, porque somos conocidos y amados por Dios, lo único que debemos hacer es abrir nuestro corazón para recibir el amor de Dios en nuestro corazón y seguirlo.

Imagen: Foto de Toby Hundson. Detalle de una vidriera de Alfred Händel.