San Pablo compara la perseverancia en la 'carrera' hacia la gloria celestial con los atletas que entrenan sus cuerpos para las competiciones en su primera carta a la Iglesia en Corinto. Él indica su propia necesidad de perseverar cuando dice: “Castigo mi cuerpo y lo someto” (1 Corintios 1:9). En otras palabras, practica la auto-mortificación; niega a su cuerpo ciertos bienes o comodidades para crecer en el autocontrol, resistir mejor la tentación del pecado y vivir en la libertad de Cristo.
A menudo, la gente malinterpreta la auto-mortificación. Una buena descripción de este error aparece en la película. Happy Gilmore, llamado así por su personaje principal, un jugador de hockey en apuros interpretado por Adam Sandler. Happy es el hombre más duro de la pista de patinaje. Puede soportar un gran sufrimiento. Y, sin embargo, año tras año no logra ingresar a un equipo de ligas menores. ¿Por qué? Porque carece de todas las habilidades técnicas necesarias para jugar al hockey. Sus tiros son imprecisos, le falta coordinación, patina mal, etc. En una escena, luego de ser rechazado nuevamente por el equipo local, sale a una jaula de bateo para prepararse para las pruebas del próximo año recibiendo golpes de pelotas de béisbol lanzadas desde un máquina de lanzamiento. La comedia de la escena consiste en que Happy no ve que lograr la excelencia atlética requiere algo más que la voluntad de soportar el dolor. Necesita mejorar otras capacidades para convertirse en un gran jugador de hockey.
Algunas personas ven las penitencias como el ayuno o la automortificación de la misma manera: las penitencias son intentos de obtener el amor de Dios y / o la santidad soportando intensos sufrimientos físicos. Este concepto erróneo lleva a algunos a soportar esos sufrimientos sin intentar crecer en las virtudes de las que carecen. Las personas de este grupo pueden aceptar penitencias ineficaces durante la Cuaresma. Por otro lado, otras personas ven la auto-mortificación como una empresa frívola que no conduce a nada más que sufrimiento innecesario y daño corporal. Estas personas podrían saltarse cualquier cosa penitencial por completo.
Para evitar estos errores debemos tener en cuenta dos principios. Uno, debemos asumir penitencias que sean factibles. En lugar de vivir de pan y agua, podríamos saltarnos una comida diaria o comer mucho menos para una de ellas. Este tipo de ayuno requeriría fortaleza sin infligir estrés indebido.
Dos, podríamos reconsiderar la penitencia como algo que nos mueve hacia algo positivo en lugar de tratarlo como algo negativo que hacemos para evitar el pecado. Al combatir un vicio... busca un virtud. ¿Luchas contra la ira peleando con un miembro de la familia, un amigo o un compañero de trabajo? Aunque ofrecer algún tipo de ayuno o auto mortificación en reparación por tu pecado es bueno, también es bueno tratar de crecer en amistad con esa persona. Si elige a diario no discutir con ellos o si encuentra algún tipo de buena acción que hacer por ellos, puede ayudar a crecer en la amistad y la virtud de la caridad. Al elegir una penitencia siempre debemos preguntarnos: ¿Qué puedo hacer para animarme a luchar por el amor a Dios y al prójimo? Es entonces cuando podemos crecer en santidad y perseverar en la carrera.