El Señor obra en las circunstancias cotidianas

Recientemente me recuperé de un resfriado. Comenzó gradualmente. Noté que me dolía un poco la garganta con cada trago. Pensé para mí mismo: “He tenido dolor de garganta antes. Esperaré una semana y todo estará bien ".

Por supuesto, una vez que me encontré en medio de la enfermedad, perdí la paciencia. La falta de control, los ataques de tos y las noches de insomnio me afectaron. Di vueltas y vueltas. Quería que se acabara el frío y inmediatamente.

Era fácil sentir lástima por mí mismo en esa situación. ¿Cómo debo reaccionar?

Había querido hacer muchas cosas esa semana. Pensé que tendría mucho tiempo para la lectura espiritual, la oración y el sueño. Mis planes se frustraron, pero Dios tenía algo mejor en mente.

Incluso cuando no tenemos control sobre una situación, Dios tiene el control. El Señor provee incluso en tiempos de angustia. Él me proveyó cuando estaba enferma y me sentía impotente. Otros hermanos estudiantes notaron que estaba enfermo y se aseguraron de que tuviera lo que necesitaba. Estábamos a punto de iniciar un retiro, así que había tiempo de sobra para descansar. Un hermano incluso me ofreció su habitación de retiro con baño privado, un bien escaso, para mi conveniencia y para limitar la propagación de gérmenes a otros.

En medio de la enfermedad, Dios me dio cosas por las que estar agradecido. Recientemente, a uno de mis amigos le diagnosticaron gripe porcina. Estaba más preocupado por su esposa y sus dos hijas pequeñas que por sí mismo. Vivo con hermanos que están preocupados por mi salud y no tengo dependientes. También me vino a la mente otro amigo. Nació con un defecto en el esófago y ha sido sometido a múltiples cirugías durante treinta años. Mi enfermedad de una semana no fue nada en comparación. Mi enfermedad me hizo darme cuenta de lo mucho que Dios tiene me cuidó. Esta reflexión me anima a serle agradecida y fiel.

Ver la mano del Señor obrando en las circunstancias cotidianas requiere los ojos de la fe. El mundo quiere que pienses que la autonomía y la autosuficiencia reinan de forma suprema. El cristiano lo sabe mejor. Déjalo ir. Reconozca su dependencia de Él. No tienes el control. Dios es.


Br. Luke Maria Lee, OP | Conoce a los hermanos estudiantes en formación AQUÍ