María lo esperaba con alegría
No como una madre espera el regreso de su hijo de la guerra
Pero como uno espera a un amigo que nunca rompió una promesa
Mientras el cielo aún estaba oscuro
Sin que ella lo vea venir
Él estaba allí, junto a ella.
En una luz mucho más poderosa que la del ángel que la había visitado
Ella lo reconoció como una madre reconoce a su hijo
Y, sin embargo, estaba atónita por el esplendor de su belleza.
Por la alegría de su rostro
Por la armonía de sus rasgos luminosos
Por la suavidad de sus ojos penetrantes
No había nada más que decir
Porque en un acto todo fue dicho
Su mirada tocó al que había creído
Lo que fue desde el principio,
lo que hemos escuchado,
lo que hemos visto con nuestros ojos,
lo que miramos
y tocado con nuestras manos
se refiere a la Palabra de vida
porque la vida se hizo visible;
lo hemos visto y lo testificamos
y os proclamo la vida eterna
que estaba con el Padre y se nos hizo visible
Dejando entrar a la muerte
Sin ver la corrupción de la tumba
Emerge como un capullo para la eternidad.
Él, el único que se trajo de vuelta a la Vida
el resucitado
Los apóstoles nos miran con el gozo de la victoria
Han visto las heridas brillantes del Victor
Del Conquistador de la muerte
Del sol de justicia
Honraron el amor de su Maestro
Pelearon la buena batalla también
Toda la asamblea de los santos los acompaña
Esperan sus propias heridas gloriosas
Juan el Bautista por su cuello de rubí
Lawrence por su piel de oro
Agatha por su vestido de esmeralda
por su nombre
Los cobardes se tiraron en la boca de los leones
Presentaron su cuello al verdugo
Acostado en una cruz
Una multitud innumerable de ellos
Como una nube brillante a través de la noche de este mundo
Antes de su venida
Los patriarcas y los profetas no recibi lo prometido
pero lo vio y lo saludó de lejos
Delante de Él, corrían hacia el mañana.
Después de Él, volvemos al ayer
Todos al jardín de la tumba
Para unirme a Él en el día eterno, en su día
Habrá un día continuo—lo sabe el SEÑOR—
no de día y de noche, porque a la tarde habrá luz.
Señor, danos esta semilla
¿Quién hizo que los santos de nuestra religión se levantaran?
Enciende esta antorcha que galvanizó sus corazones
Esta fe transmitida de corazón a corazón desde este Santísimo Domingo
Haz crecer este fuego dentro de nosotros
Y comunicarlo más allá del espacio y el tiempo
Cristo ha resucitado aleluya!
Ha resucitado verdaderamente ¡Aleluya!
Hermano Jordan Martín, OP | Conoce a los Hermanos en Formación AQUÍ